Qüentas » Blog » Cuota de solidaridad 2025: cuánto más toca pagar a partir de enero
Con la llegada del nuevo año, llega también la nueva cuota de solidaridad 2025, una cotización adicional que afectará sólo a los salarios más altos.
Te contamos cómo se va a aplicar y quiénes se verán afectados.
La nueva cuota de solidaridad o cotización adicional de solidaridad, introducida por el Real Decreto-Ley 2/2023, comenzará a aplicarse en 2025. Se trata de una cotización extra que se añade a las ya aportadas por los trabajadores con mayores niveles salariales.
Está dirigida a los trabajadores cuyas retribuciones superen la base máxima de cotización, que en 2024 es de 4.720,50 euros mensuales (56.646 euros anuales).
Esta medida busca aumentar los ingresos de la Seguridad Social para financiar las pensiones, gravando las partes del salario que hasta ahora estaban exentas de cotización al superar la base máxima establecida. Sin embargo, esta nueva cotización no va a generar beneficios directos para los cotizantes, lo que la convierte en un mecanismo redistributivo.
El origen de esta cuota de solidaridad se encuentra en las recomendaciones de la Unión Europea y la necesidad de garantizar la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones frente al envejecimiento poblacional.
España se sitúa entre los países europeos con bases de cotización máximas relativamente bajas en comparación con los ingresos más altos. Esta medida se alinea con el “destope” progresivo de las bases máximas de cotización en España, que subirán anualmente junto con la inflación más un recargo adicional. Busca financiar el retiro masivo de la generación del “baby boom” y reforzar la sostenibilidad del sistema de pensiones.
Esta cotización extra impactará únicamente a los trabajadores asalariados del Régimen General y del Régimen Especial del Mar, excluyendo a autónomos y otros regímenes como el de minería del carbón.
Por tanto, quedan excluidos los trabajadores autónomos, quienes cotizan por el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos)
Además, el coste se repartirá entre las empresas (83,39%) y los trabajadores (16,61%), siguiendo el esquema habitual de las cotizaciones sociales.
Esta cotización se aplicará de forma progresiva sobre los salarios que excedan la base máxima de cotización anual (56.646 euros en 2024) y se dividirá en tres tramos:
No obstante, en 2025 los tipos serán reducidos (aplicando un 0,92%, 1% y 1,17% respectivamente en cada tramo) y se irán incrementando gradualmente hasta alcanzar los valores definitivos en 2045.
Veamos un ejemplo para 2025, para un trabajador que perciba 70.000 euros brutos anuales, y suponiendo que la base máxima sea de 59.059 euros para ese año (aplicando la estimación de incremento por IPC).
La base máxima cotizará según las tasas que ya venía cotizando mientras que los ingresos superiores a la base máxima estarán sujetos a la nueva cotización adicional, según el siguiente cálculo por tramos:
En este caso, como a la empresa corresponde el 83,39% de la cotización, la empresa pagará 87,30 euros adicionales en 2025, mientras que el trabajador asumirá 17,38 euros (el 16,61% de la cotización).
Y puesto que los tipos se irán incrementando anualmente hasta 2045, estos importes se irán incrementando cada año.
Las empresas con trabajadores de salarios elevados, verán aumentado el coste empresarial, ya que para 2045 esta medida representará un sobrecoste anual importante. Esto está generando críticas en sectores empresariales por considerarlo un aumento de la presión fiscal.
En cuanto al sistema de pensiones, al no ser una cotización contributiva, este cambio generará más ingresos, pero no afectará directamente al cálculo de la pensión de los trabajadores. Estas cuotas se destinarán íntegramente a cubrir el déficit estructural del sistema de Seguridad Social, reforzando por tanto su sostenibilidad financiera.
La cotización adicional de solidaridad es una herramienta para incrementar la equidad en el sistema, ya que introduce un gravamen sobre los ingresos más altos sin aumentar directamente los beneficios que los trabajadores percibirán en el futuro.
A pesar de su carácter redistributivo, su implementación ha generado debates sobre el impacto en el mercado laboral y su capacidad para resolver a largo plazo los desafíos de las pensiones en España.
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Diciembre 2024
Foto de Josh Appel en Unsplash